Covid-19 un proceso de reflexión
Con el enorme impacto sanitario, la pandemia Covid-19 ha modificado la forma de practicar la medicina, muchos de los Doctores se enfrentan a la emergencia sanitaria en unas condiciones subóptimas y se han convertido en uno de los colectivos más vulnerables.
En el marco del Día del Médico entrevistamos al Doctor Cristhian Aldo Muñoz Madrid, Director de Prevención y Promoción de la Salud de los Servicios de Salud de Sinaloa, quien nos cuenta la satisfacción de poder servir durante la pandemia Covid-19.
“La pandemia ha sido y será de gran aprendizaje en mi persona, como Médico, me tocó vivir desde el inicio, donde no conocíamos el virus, no sabíamos cómo combatirlo, teníamos muchas dudas los médicos”, recalcó.
La huella que esta crisis dejó en Cristhian Aldo será imborrable, pues la emergencia sanitaria le permitió no solo formar parte del Call Center Covid-19, si no de ayudar al prójimo, una de las razones principales por la que él decidió estudiar medicina hace más de 17 años.
“Si había 30 pacientes en hospital, afuera había mil, mismos que necesitaban ser escuchados, atendidos y por ello se crea el Call Center, fui el primero en atender una llamada, de ponerme la diadema y hacer el expediente del paciente, fue algo tan fuerte que si yo lo hubiera soñado, no lo hubiera vivido así”, señaló.
Detalló que para frenar la primera ola del virus pasaron 120 días; para revertir la segunda ola de contagios fueron 60 días de incertidumbre; y afrontar la tercera ola con una variante que no esperaban, con una nueva cepa desconcertante; olas en la que muchos de los doctores perdieron la vida.
“Los médicos tuvimos que sacar la casta, aún enfermo estuve atendiendo por teléfono, pues tuve la fortuna de no tener complicaciones, no podía dejar de hacerlo, llegué a tener por teléfono hasta 32 pacientes con tratamiento y 20 pacientes con oxígeno”, recordó.
Pero, atender por teléfono no le resultó suficiente a Cristhian Aldo, pues sentía que debía entregar más, por lo que decidió salir a la calle para apoyar a personas de escasos recursos, gente que vivía sola, foráneos que no tenían una mano amiga, por lo que aportar un granito de arena más como sus padres le enseñaron, lo haría sentir mejor, más satisfecho con su vocación, con su persona.
“De manera voluntaria le pedí a compañeros que teníamos que salir del Call Center a entregar medicamentos, porque la gente no salía de su casa, la gente tenía pavor, pero estaba enferma o bien no tenían los recursos para salir adelante en esta crisis, tristemente solo me apoyaron 4 o 5 compañeros médicos, el resto era personal administrativo, ¿Por qué? porque tenían miedo, miedo a contagiarse”, manifestó.
El especialista en salud pública argumentó que Covid le permitió entrar en un proceso de reflexión en el que se pudo dar cuenta que la salud siempre será lo más importante para todos.
“Al Covid lo ví como un proceso de reflexión, un proceso donde lo primero es la salud, no podemos regatear al tema ¿de qué nos dimos cuenta? que la salud no tiene precio”, aseguró.
La experiencia más dura
El Doctor confesó que la parte más dolorosa como Médico y como ser humano fue ver a los ojos de los pacientes, percibir su agonía; y el tener que separarse de sus hijos por 72 días, para no poner en riesgo su salud, marcándolo de manera significativa.
“Cómo Médico fue desgarrador para mí, ver a los ojos a los pacientes, percibir su miedo, el que me decían: ¡Doctor me voy a morir! y por dentro yo decía: a lo mejor yo también; y de la misma manera, con una despedida silenciosa, mi esposa y yo decidimos mandar a nuestros hijos con sus abuelos, para cuidarlos mejor, que no se contagiaran y eso es lo más fuerte que he vivido ”, planteó.
Trascender de Médico a ser humano
Muñoz Madrid aseguró que para atender un paciente como se debe, el Médico se va fortaleciendo conforme pasan los años, y para lograrlo realiza una mixtura entre su formación familiar y la congruencia como ser humano.
“Desafortunadamente muchos compañeros veían a los pacientes como un folio y yo empecé a modificar esa parte, antes de atender un paciente me fijaba en su nombre y lo atendía de manera personalizada y la gente empezaba a romper ese hielo; era importante para mí como médico establecer esa relación con el paciente, porque en mi casa siempre me inculcaron el respeto a los demás, a los mayores”.
Sus experiencias plantearon dificultades pero también oportunidades, alcanzar cada meta para el desarrollo en esta noble profesión implicó un gran sacrificio y el resultado no fue otro que el poder experimentar la satisfacción de ayudar al prójimo, la realización profesional y personal.
“Para mi ser Médico es un privilegio, es un gusto, yo lo hago con gusto, el día que yo deje de contestar un mensaje o una llamada de un paciente, ese día me retiro de la medicina”, concluyó.
