Un dolor punzante en su seno izquierdo una mañana le dejó saber a Isis Mariela Valenzuela Castro de tan solo 33 años, que algo no andaba bien.
Luciendo su cabello a medio crecer, expresó que después del dolor, un pequeño bulto que ella había pensado era un vello encarnado o una bolita de grasa, comenzó a crecer rápidamente, acudió con 4 doctores especialistas y le dijeron que solo era un fibroadenoma.
La programaron para extraerle “la bolita de grasa” pero ella decidió esperar, pues iniciaba la pandemia por Covid-19 y el pavor de ser contagiada con el virus en el hospital la hizo tomar la decisión de aplazar la operación.
“Mi dolor empezó a aumentar y la bolita a ponerse más lila cuando por accidente me golpee, no le tomé mucha importancia porque ya tenía programada la cirugía, pues ya me había decidido a operarme sin importarme más Covid-19”, confesó.
Pero siete meses después, en el mes de Octubre, el día de la cirugía el doctor le dijo que no podía operarla, pues una “bolita de grasa” no presentaba esos colores; y contra todo pronóstico, por no tener antecedentes familiares, una biopsia reveló que tenía cáncer de seno etapa tres.
“En octubre ya fui con un senologo y me dijo que era un cáncer etapa tres, nada más con mirarme, pero me hizo la biopsia, todavía teníamos la esperanza, la fe de que no fuera así, pero eso salió en la biopsia”, declaró.
Isis al recibir la noticia tan devastadora, no pensó en ella ni en lo que sufriría física y emocionalmente, su primer pensamiento fueron sus hijas pequeñas, su batalla no sería contra el cáncer de mama, su guerra sería salvaguardar el bienestar de sus hijas antes de partir.
“El golpe más grande que recibió mi corazón fué pensar en el futuro de Leah, Frida y Brianda ¿Qué sería de ellas cuando yo me vaya? ¿Quién enseñaría a leer a Leah, quién la bañaría? ¿Cómo celebrará los 15 años Brianda sin su mamá? ¿Quién aplaudirá la inteligencia y simpatía de Frida?”, lamentó.
Al enfrentar las quimioterapias, Isis se encontró con el apoyo incondicional de su esposo Fredy Cuadras, quién ha hecho valer sus votos matrimoniales, estar en la salud y en la enfermedad.
“Me dijo que no me preocupara que nosotros teníamos que salir de esto con la ayuda de Dios, ha estado en todo momento conmigo, en las quimios, en todo”, afirmó.
En el proceso probó de todo, si el vecino, si el tío, el amigo, las primas le recomendaban yaca, micle, guanábana ella lo consumía con la esperanza que esto atacara el cáncer.
“Tomé tés mayas, tripa de zopilote, moronel, frutas que me decían eran buenas para matar células cancerígenas, todo lo que me ayudara, siempre con fe de que me haría estar mejor” , compartió.
Las quimioterapias para Isis fueron muy complicadas, pero siempre con fe, ha aprendido mucho sobre ella misma, amarse tal cual es, no darle importancia al físico, aceptarse y sobre todo la ha unido a su esposo, sus hijas, sus padres, hermanos y a toda su familia que la abraza en este proceso.
A pesar de ser un proceso muy duro y desgastante, al asimilar que le realizarían una mastectomía, no sintió miedo, pues las cosas comenzaron a fluir y el cáncer empezó a enseñarle muchas cosas, le demostró la mujer tan fuerte que es, que no importa el físico, que las apariencias salen sobrando y le transformó la vida para bien.
Con los pies hinchados y llenos de ampollas, de un color morado, casi negro, por efecto secundario de las quimioterapias, detalló que después de 8 “quimios”, 30 radiaciones, una mastectomía y “quimio” tomada por 6 meses , está a un paso de hacer historia, de lograr tocar la campana y decir ‘¡Estoy sana!’.
“La primera vez que fui al seguro la paciente que iba por delante de mí salió y tocó la campana y yo me puse a llorar por que me dió alegría que ella ya había salido, pero yo apenas iba a empezar y no sabía cómo me iba a ir y ahora estoy por lograrlo, ya falta poco para terminar el proceso, es cuestión de esperar a que concluyan los 6 meses de la quimio tomada, tengo fe, siempre con fe”, concluyó.
El 19 de octubre se celebra la Lucha Mundial contra el Cáncer de Mama, durante todo el mes se busca visibilizar las problemáticas alrededor de esta enfermedad, e informar a toda la población, ya que no distingue género, edad o nivel socioeconómico.