Un Diputado debería legislar de manera competente a las necesidades del Estado, decretar las contribuciones necesarias para cubrir los gastos de la entidad y sus municipios, proponer iniciativas en pro de la mejora significativa de vida del pueblo que lo eligió. Lo que no debería de hacer es mentirle al pueblo, ser intolerante con las opiniones opuestas a las suyas, vivir una falacia legislativa y amedrentar políticamente a sus adversarios, cosas que hace Feliciano Castro Meléndrez día con día.
El Diputado había estado a las sombras en la vida política de Sinaloa hasta 2021, ya que en la legislatura pasada utilizó a su pareja Graciela Domínguez Nava quien era la Presidenta de la Junta de Coordinación Política en el Congreso para hacer su voluntad. En la pasada elección Feliciano llegó con la “espada desenvainada” imponiéndose como el Coordinador de los Diputados de MORENA y sucesor de Graciela ante la JUCOPO, habiendo perfiles más preparados y que venían de la legislatura anterior.
Para probar su lealtad, a Feliciano se le pidió acabar con Jesús Estrada Ferreiro Alcalde de Culiacán por MORENA, lo logró, utilizando todos los medios que tenía a su alcance, como a las viudas de policías, a los pepenadores, a los Diputados Pedro Lobo y Serapio Vargas, en general a todos los Diputados quienes aprobaron el juicio político en contra de un Alcalde que hasta su último día se digno a servir al pueblo.
Hoy pretende dañar y menospreciar el trabajo de la Universidad Autónoma de Sinaloa y su Rector el Dr. Jesús Madueña Molina, acusándolo de tener un salario superior al del Licenciado Andrés Manuel López Obrador Presidente de México, algo completamente falso y que el mismo Rector salió a desmentir en rueda de prensa. Es ahí donde el cinismo no tiene límites, pues el como Diputado, Jubilado y Pensionado percibe más de $200 mil pesos mensuales, ganando mucho más que el Rector y que el mismo Presidente de la República.
Incluso Feliciano acusa sin fundamentos la intromisión de un partido político en la vida autónoma de la universidad, pero Feliciano se olvidó de que los tiempos en la UAS ya no son en los que el fue maestro y Diputado por el PRD, pues ese mismo partido de izquierda tenía el control absoluto de la UAS, desde Audómar Ahumada Quintero (1985-1989) e incluso el mismo Rubén Rocha Moya (1993-1997), siendo en 1986 mientras Audómar Ahumada fungía como Rector y Rubén Rocha era candidato a Gobernador, mientras Feliciano fungió como Secretario Particular del Rector de la UAS de 1989 a 1994.
En una pasada entrevista a Feliciano Castro, un reconocido comunicador local le preguntó si lo que pretendía era volver a tomar el control absoluto de la Universidad Autónoma de Sinaloa, tal y como era a finales de los 80s y principios de los 90s, a lo que Feliciano nervioso y desvariando respondió NO, aun que su risa nerviosa y mirada desviada decía todo lo contrario.